La gastronomía peruana es una de las más ricas y variadas del mundo gracias a la influencia que españoles, africanos, japoneses e italianos tuvieron en este país, sin olvidar sus raíces incas, cuya herencia gastronómica se aprecia en cada plato. Sus recetas se caracterizan por los sabores picantes y las mezclas de alimentoss, gracias a las cuales se obtienen sus característicos potajes, sopas y dulces.
Los entrantes, antesala de un menú prometedor
Nada mejor que comenzar a degustar una comida típicamente peruana con una de sus sopas, contundentes y con un sabor sorprendente. Algunas de las más populares son la sopa de gallina, elaborada con carne de gallina, patatas, fideos y huevo, o el puchero a la limeña, que se prepara con alimentos tan variados como carne de vaca, cordero, tocino, col, garbanzos, patatas, zanahoria, salchichas, arroz, choclo (un tipo de maíz) y camotes (unas raíces ricas en azúcar, muy parecidas a las batatas).
En un viaje por Perú no hay que dejar de probar la famosa sopa criolla, cuyo popular nombre captará rápidamente la atención del turista. Esta sopa está elaborada también por numerosos ingredientes entre los que se encuentran diferentes tipos de carne, además de cebolla, tomate, fideos, huevos, leche, pan y ají panca, un ajo de color morado y gran tamaño. Gracias a la variedad de sabores, texturas y colores presentes en estas deliciosas sopas, el comensal puede hacerse una idea de las grandes cualidades que la cocina peruana presenta.
Además de las sopas, los "juanes" son uno de los entrantes más típicos. Su nombre esconde un exquisito plato elaborado a base de arroz, que se puede acompañar con diferentes ingredientes dependiendo de la zona en la que se prepare, aunque el "juan" más común es el elaborado con carne de gallina. Uno de los ingredientes que caracterizan a este plato además del arroz, son las hojas de "bijao", una hierba de unos cuatro metros de altura que es conocida también con el nombre de platanito y cuyas hojas poseen una peculiar forma de abanico gigante.
Resulta interesante leer detenidamente los platos que ofrecen las cartas de los restaurantes peruanos ya que en ellas se pueden encontrar platos con nombres tan curiosos como la papa a la huancaína, un plato elaborado con patatas, queso, yema de huevo, ajo, leche, limón y hojas de lechuga; o el solterito arequipeño, elaborado con choclos, habas, zanahoria, tomate, aceitunas y queso fresco, y que se sirve sobre una hoja de lechuga.
Segundos plato y postres igual de sorprendentes
La cocina peruana presenta segundos platos tan contundentes y variados como los entrantes. Algunos de ellos están elaborados con alimentos que en otras gastronomías son propios de los primeros platos. Este es el caso de los tallarines a la diabla, un plato de pasta al que se le añade cebolla, salsa bechamel, jamón, mostaza, ajo y pimienta, y que se presenta gratinado y cubierto con pan y trozos de margarina.
Y si se quiere disfrutar de uno de los platos más llamativos y peculiares del Perú lo mejor es decantarse por un mondonguito a la italiana, elaborado con cebolla, tomate, hongos, zanahoria, patata, queso y por supuesto mondongo, una mezcla de vísceras de vaca.
Los postres siguen la línea del resto de platos, y por lo general son dulces densos y elaborados con gran variedad de ingredientes. Entre los más populares se encuentran las bombas de sémola, un bollo frito relleno de una mezcla de sémola y huevo; o el turrón de doña Pepa, un típico turrón de anís y ajonjolí (comúnmente conocido como sésamo).
Todos estos platos y muchos más, componen una de las cocinas más admiradas y degustadas del mundo, poseedora de recetas únicas e inimitables.
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